¿En qué podemos ayudarte?
Para ser emprendedor no basta cristalizar una idea de negocios y ya, sino que se trata más bien de crear una propuesta de valor única.
Ser emprendedor es perseverar y crear para que tu trabajo sea único y particular. Que tu personalidad quede sellada con originalidad, sin imitar a nadie. De esa manera, podrás cumplir el segundo de Los 10 Mandamientos de la Gestión Emprendedora: tu propuesta de valor será única, serás consciente del mordisco que pegas al mundo.
Y te preguntarás… ¿Por qué me refiero a un mordisco?
Porque cuando hablamos de originalidad, singularidad y particularidad en un negocio, se traduce en que debe ser una propuesta de valor única en su estilo, en lo que ofrece, en lo que satisface. O sea, con su propia personalidad. Así como un mordisco, no hay dos iguales. Como tampoco, tu idea de negocio no debe ser igual a otra y por lo tanto, también como tu propuesta de valor debe ser única.
Siempre debes trabajar en función de ofrecer a tu público objetivo lo mejor, lo que no encontrará en otro lugar. Aunque tengas similares productos o servicios que en otra empresa, tu plus, tu propuesta de valor agregado será la esencia de tu propia personalidad empresarial. Lo que sin dudas te hará destacar de los otros, de la competencia.
¿Cómo puedo representar una propuesta de valor única?
Bueno, no es fácil, pero tampoco imposible. Solo debes planificar la estrategia ideal que te permitirá imprimirle un sello de distinción. Veamos cómo lograrlo.
Serás consciente del mordisco que pegas al mundo
Y tu consciencia debe dejarte claro constantemente que eres único. Que nunca existirá nadie igual a ti, ni tú pretenderás, bajo ningún concepto, parecerte a alguien. Debes romper, esquemas y moldes que te impidan destacarte como el mejor. Tu propuesta de valor ha de reflejar esa personalidad, sin embargo ¡atención!
Respira un momento…. nadie está diciendo que hayas de hacer algo totalmente nuevo. Simplemente, ha de ser algo diferente. Piensa en tu negocio si algo falla y cómo mejorarlo. Imagina lo que quieres hacer y dale el toque único. Piensa a lo grande en el sentido de ser original, de dar un valor que no existe.
Algunos ejemplos de propuesta de valor
Muy bien… suena muy pero que muy bien, ¿pero me puedes dar un ejemplo? Por supuesto
- Si quieres poner un restaurante asador, a lo mejor podrás tener una habitación para probar vinos o dar ejemplos de maridaje. La propuesta de valor es una experiencia gastronómica y cultural única a partir de la cata de vinos.
- Si quieres dar servicios de marketing online básicos, a lo mejor puedes intentar hacer una línea de tiempo de hacia dónde planteas los objetivos de la empresa cliente. La propuesta de valor es “serivcios monitorados, saber cómo evolucionan las campañas sean grandes o pequeñas”, os aseguro que la mayoría de los proveedores dan el servicio y no prestan atención al resultado.
- Cuando tu planteamiento es de producto a lo mejor querrás enlazar el producto con una historia por detrás. Así las “American Dolls” son muñecas que cuentan una historia (su forma de vestir y la historia que hay en el interior de la caja) que ayuda a conectar a las preadolescentes americanas con la cultura americana a través de distintos personajes. La propuesta de valor es “conecta tus seres queridos con sus antepasados a través del juego”.
Propuesta única y potente
Que ese mordisco que pegas al mundo sea inolvidable. Que esa propuesta de valor sea única. Tu objetivo es lograr que el mundo te siga, porque cree en ti, en lo que eres y ofreces, porque así satisfaces sus deseos y necesidades. Y que contigo se sienta mejor, porque nadie más tiene tu estilo.
Como has podido observar, no se trata del producto o del servicio que brindes, sino lo que se consigue con el producto o el servicio. Con los valores y la esencia que te caracteriza. Con la calidad, el trato y la atención que entregas en cada encuentro.
Entonces, el mordisco que le das al mundo se traduce en eso… En los valores que desarrollas, que compartes, que respetas, que te identifican como único, como el mejor. Eso es lo que va a “enganchar” a tu público y se sentirá identificado con tu negocio, contigo.
Pero… No basta ser único
Ten en cuenta que existen otros atributos que te van a permitir reforzar tu personalidad única, tus valores, tu particularidad.
¿Por qué?
Porque un buen emprendedor es aquel que es perseverante, apasionado y creativo. Se esfuerza por lograr sus objetivos, sin importarle los obstáculos o las caídas. Y a esos atributos, se le suman una serie de características, que complementan su exclusiva personalidad.
Y cuando es así, ese emprendedor siempre está encaminado hacia dónde quiere ir, cómo desea hacerlo, cómo quiere conservarlo y mantenerse en ese sitial de honor por siempre. Eso es lo importante, cuando sabes que realmente estás consciente del mordisco que le estás pegando al mundo.
En caso contrario, si alguien se ha decidido a emprender por necesidad, por querer ganar dinero o porque no encuentra un empleo estable, no tiene nada qué buscar, porque no se trata de un verdadero emprendedor. Es un ser sin esencia, ni valores, ni personalidad empresarial.
Por eso, la propuesta de valor será única cuando…
A esa originalidad que te distingue le agregues y consolides otras características, que son trascendentales para realzar tu esencia y seguir siendo fiel a tus valores y a la propuesta de valor alineada con ellos.
Se trata de características especiales que te permitan ser un emprendedor optimista, visionario, líder, responsable, motivador, autodidacta y persistente, entre otras.
Que a la hora de atender a tu público objetivo y estar en la búsqueda de clientes potenciales, puedas brindarles la seguridad y el bienestar para satisfacer sus necesidades, complacer sus deseos, llenar sus requerimientos y solucionar sus problemas.
Así dejas una huella imborrable en esos clientes que confían en ti, que comparten tus creencias, a los que les atraen tus valores.
Ejemplos de personalidad empresarial
Recuerda, no todos los emprendedores son iguales. Cada uno tiene su estilo, sus iniciativas, su visión, su forma de actuar, de asumir retos. Pero aquellos que logran estar conscientes del mordisco que pegan al mundo, son los que marca su originalidad. Son los que se distinguen de los demás y eso, sin duda, es un privilegio de pocos.
Ejemplo de esa aseveración es el ranking que anualmente realiza la conocida publicación Fortune, sobre Las Empresas más Admiradas del Mundo. Este año, se tomaron en cuenta variadas características de múltiples organizaciones en todo el mundo.
Destacan: Calidad de sus productos y servicios, calidad de gestión, innovación, capacidad de atraer y retener a gente talentosa, uso de los recursos corporativos, responsabilidad social y el valor de sus inversiones de largo plazo. A eso se le agrega la aceptación y fidelidad de su público objetivo. Pero… ¿creerías que tienen propuestas de valor débiles? Al contrario, los valores que trasladan son el motor de su inspiración.
Los resultados
De las diversas empresas participantes, a nivel mundial, las primeras diez posiciones fueron ocupadas por:
- Apple
- Amazon
- Berkshire Hathaway
- Walt Disney
- Starbucks
- Microsoft
- Alphabet
- Netflix
- JPMorgan Chase
- FedEx
Todas estas empresas y otras que están en la lista, han logrado ocupar ese sitial de honor por ser las más admiradas. Su principal atractivo ha sido compartir con sus seguidores gran parte de sus creencias de producción, de servicio, sus valores de atención al cliente.
Además, porque son únicas en la categoría que se desempeñan. Y, lo más importante, el público es fiel a su personalidad empresarial.
Las bases en la propuesta única son importantes
Asimismo, han demostrado a lo largo de sus respectivas trayectorias, que su objetivo se cumple exactamente siguiendo su misión, visión y valores. Y consolidando atributos como fiabilidad, calidad, tecnología, servicio al cliente, entre otros igualmente importantes.
Aunque cambien los tiempos y pasen los años, esa creencia empresarial la van adaptando a las circunstancias que se presenten, porque están abiertas a los retos y desafíos de la globalización.
O sea, las empresas se identifican con sus clientes. Y sus clientes se identifican con sus empresas. La propuesta de valor, es el nexo entre unos y otros. Una fusión especial que evidencia el alcance de cumplir con este Segundo Mandamiento de la Gestión Emprendedora: Serás consciente del mordisco que pegas al mundo, tu propuesta de valor será única
¡Éxitos y pégale al mundo un gran mordisco!