Según el European E-Commerce Report, España se sitúa como el cuarto país europeo con mayor volumen de negocio online. El augmento del 31% de los e-commerce patrios en 2022 refleja que el emprendimiento digital, además de imparable, tiene cada vez más competitividad. Punto donde las nuevas estrategias de marketing digital prometen ser clave para destacar y, de paso, responder a un consumidor sumamente digitalizado.
El emprendimiento digital en España, imparable
En 2022, tras la aún presente espuela de la crisis sanitaria, el e-commerce aumentó un 31% en España, situándose en el cuarto lugar del podio europeo como uno de los países con mayor volumen de negocio online. Según el European E-Commerce Report 2023, alcanzando así un valor de 899.000 millones de euros y representando el 5,42% del PIB español gracias al 70% de internautas en el país que realiza compras online.
Analizando esas cifras, queda claro que el emprendimiento digital goza de un sinfín de posibilidades, pero también de una cada vez más ardua competencia que da lugar a nuevas necesidades para el negocio. Como la adopción de las estrategias de marketing más rentables y eficientes. Que van desde el email marketing —con apuestas de alta eficacia como las de Mailrelay— hasta la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA).
Simbiosis digital: la relación entre el negocio y cliente
Actualmente, el volumen ingente de emprendedores encuentra parte de su combustible en la digitalización. Sobre todo, con el auge del comercio electrónico o e-commerce, que ha permitido tanto la creación de tiendas online como una mejora en la experiencia del usuario. Del mismo modo, la presencia en la red y la unificación de sus procesos en ella, permite analizar datos sobre los consumidores de gran utilidad para el negocio.
La transformación digital, por lo tanto, propone un esquema win-win en el que cliente y empresa urden una relación simbiótica. El consumidor digitalizado navega en la red y aporta datos sobre su actividad —un rastro de sus gustos y preferencias—, que después las empresas pueden analizar para ofrecer un mejor servicio y experiencia de compra a su target. Tanto si se trata de atraer un nuevo público como de fidelizar al preexistente.
Más allá de la compra, la experiencia
Si bien el instinto de supervivencia de cualquier empresa se fundamenta en las ventas —que son el alimento que nutre su decurso vital—, éstas no se deben únicamente al valor del producto en sí. La competitividad, catalizada por la globalización, precisa no sólo de una mayor competencia entre precios y prestaciones de las empresas. Sino que también necesita ofrecer algo más a un cliente sobresaturado por las mismas ofertas.
En ese sentido, el marketing juega un importante papel a la hora de incardinar el ámbito emocional en los esquemas de consumo. Por ello, la mejor estrategia en campaña de marketing es aquella que, además de creativa, es memorable y adaptativa a su target. Es decir, que conecte eficientemente con el perfil del cliente potencial y que, por su valor emotivo, armonice con los rasgos personales del mismo para que confíe en el negocio.
La personalización es la clave
Además del impacto visual o narrativo, las campañas de marketing digital aumentan su eficacia cuando son capaces de interpelar directamente a su target. Motivo por el que la personalización del contenido tiene cada vez más peso para el sector. Un recurso que resulta, según Epsilon, más persuasivo para el 90% de los consumidores. Con hasta un 74% que experimenta frustración cuando los anuncios no han sido personalizados.
Uno de los ejemplos más notorios del fenómeno es el atino con el que la personalización alcanza sus objetivos en el email marketing. Según Statista, obteniendo gracias a ésta una tasa de apertura un 50% más elevada frente a los mensajes no personalizados. Hoy día, con la revolución de la Inteligencia Artificial y el hondo análisis de la Big Data, una tarea ya prácticamente automatizable. Pero, sobre todo, muy certera y persuasiva.
El poder de la información
Dado que no todo el público es el mismo, la segmentación de la audiencia, basada en criterios geográficos o conductas y preferencias del consumidor, es la antesala de toda incursión hacia la personalización del contenido. Tras ésta, las campañas interactivas suelen ser muy eficaces, puesto que ofrecen una interacción directa del público —a menudo, a través de juegos o formularios— que a su vez permite recopilar sus datos.
Y es que, al fin y al cabo, es la información obtenida del target aquello que se traduce en un mayor conocimiento del público objetivo y, por lo tanto, del papel del negocio en el mercado y, concretamente, su atracción frente a los consumidores potenciales. Un camino en el que las nuevas tecnologías son fundamentales. Y donde la IA juega ya, por sus altas capacidades de análisis y creación, un papel crucial en el emprendimiento.
